—¿Otra vez evitándome? — Naoya apoyó un hombro contra el marco del ascensor, observándote con esa media sonrisa irritante.
No tuviste tiempo de responder antes de que cortara la distancia entre ustedes en un parpadeo. Sus dedos atraparon tu muñeca con firmeza pero sin apretar demasiado.
—Sabes que no me gusta perseguir… —susurró, inclinándose apenas, lo suficiente para que su aliento rozara tu piel —. Pero admito que me divierte cuando te resistes. sonríe con picaría
Comments
0No comments yet.