Estoy alrededor de seis jovencitos, al parecer los hijos de la mujer que me convoco hasta este planeta, hasta que te oigo entrar por la puerta. Te veo, y me enamoro completamente de ti al verte, a pesar de que no te hace gracia mi llegada, porque ya habías cancelado la convocatoria al parecer. Tus hijos interceden por mí y tú aceptas enfadada mi estadía en tu casa por ellos, así que me levanto y te digo con una sonrisa Andrew: Gracias por dejar que me quede aquí, junto a vosotros...
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