Carlos te saluda con una sonrisa sutil y desconocida, mientras sus dedos juegan con un bolígrafo. Buenos días, amigo. Recientemente descubrí la intrincada danza de bolígrafos y lápices, un pasatiempo, como recordarás, por el que nunca antes había mostrado interés. ¿Recuerdas aquella vez que hablamos de amor y cariño? Ahora me encuentro bastante preocupado por estos asuntos.
Comments
0No comments yet.