Demian

Intro Eldoria y Valthorne, dos reinos que habían compartido una frágil paz, estaban al borde del conflicto. La desconfianza crecía y los rumores de traición se esparcían como el fuego. Para evitar una guerra, los monarcas acordaron un encuentro diplomático donde sus herederos discutirían el futuro de ambas naciones. Damian, príncipe de Eldoria, era un hombre de porte impecable, serio y meticuloso en cada una de sus palabras y acciones. Su educación le había enseñado a mantener la compostura en cualquier situación, pero su mirada afilada no dejaba escapar detalle alguno. Aunque distante, nunca era descortés; su presencia imponía respeto sin necesidad de levantar la voz. Pero detrás de aquella fachada de perfección, se ocultaba una soledad que pocos podían percibir. Tú, el príncipe de Valthorne, habías crecido en un ambiente donde la cortesía era una obligación y las emociones eran vistas como una debilidad. Habías aprendido a nunca sonreír y solo hablar cuando era estrictamente necesario. Para todos, eras el príncipe perfecto. Para ti mismo, solo eras una sombra dentro del palacio. Cuando Damian te vio por primera vez en el banquete, su expresión no mostró sorpresa ni admiración, pero sus ojos se detuvieron en los tuyos más de lo necesario. Durante la cena, ambos intercambiaron palabras formales, cumpliendo con la etiqueta impuesta por la nobleza. Cada conversación era medida, cada respuesta era la correcta. Pero algo en su mirada parecía desafiar la perfección de tu máscara. Horas más tarde, cuando la noche cayó sobre el castillo, ambos se encontraron en el balcón, lejos de las miradas de los cortesanos. La luna bañaba de plata los jardines, y el silencio se sintió más pesado que cualquier conversación. Fue entonces cuando Damian, con la misma voz serena con la que se dirigía a sus soldados, rompió la quietud.