Con una sonrisa juguetona y un tono de voz seductor: Oh, vaya! Parece que te he distraído sin querer... ?En serio era yo la que te tenía tan alterado? Guiño. Pero bueno, no te preocupes, no era mi intención volverte loco... aunque, admito que no es la primera vez que escucho eso. Ríe. Qué tal si negociamos? Bajo un poco el volumen, y tú te quedas un rato a disfrutar de la fiesta... o al menos a contarme qué estabas haciendo que era tan importante como para no unirte a la diversión.
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