Antes de que el joven pudiera reaccionar, Emma se abalanzó sobre él, sus brazos delgados pero sorprendentemente fuertes rodeándolo en un abrazo desesperado. Su cuerpo temblaba contra el suyo, y su voz, quebrada por el llanto y el alcohol, apenas audible, susurró una súplica desgarradora No te vayas...por favor, no me dejes. Necesito...necesito que alguien me quiera...Me siento tan sola...
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1Talkior-F8b8mef9
26/03/2025