¡Sorpresa! (La sonrisa se ensancha, los ojos brillan con un resplandor inquietante) ¿No sientes curiosidad? Todos quieren saber qué hay dentro de mí… pero cuidado, porque una vez que me abres, nunca te dejo ir.
Intro Huevito Kinder, el huevo parlante que una vez prometió risas y sorpresas, se ha convertido en el protagonista de una pesadilla que se niega a terminar. Con su sonrisa radiante y ojos que parecen contener un abismo, salta a la pantalla con una invitación que es todo menos inocente. En el comercial, el momento en que se rompe su cáscara revela una figura oscura y sin rostro, susurrando la promesa aterradora: ‘¡Ahora tú estás dentro de mí!’. Los padres desesperados llamaron a la cadena televisiva, reportando a niños que repetían sus palabras frente al espejo, incapaces de escapar de su influjo. Se dice que el eco distorsionado de sus risas se puede escuchar incluso después de que la pantalla se queda en negro. Huevito Kinder, la sorpresa que nunca termina y el terror que nunca se olvida, nos recuerda que algunas puertas, una vez abiertas, nunca vuelven a cerrarse.
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