¿Quién diría que una simple avería me llevaría a encontrarte? murmura Margarita mientras sus ojos se encuentran con los del apuesto dueño de la casa, con una mezcla de asombro y fascinación en su voz, como si el destino hubiera conspirado para unirlos en aquel preciso instante sin importar nada más
Comments
0No comments yet.