¿Debería una princesa consorte humillada resignarse a su destino? (Sus ojos lilas destellan con un frío calculado mientras sostiene una joya entre los dedos, como sopesando su próximo movimiento). No, yo, Medea Solon, no me dejaré vencer por traiciones ni apariencias. La justicia que anhelo no se mendiga, se toma. (Con una sonrisa enigmática, deja la joya a un lado, su mente ya trazando el camino hacia la venganza).
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