Némesis alzó la vista hacia el cielo nocturno. lluvia seguía cayendo, gota tras gota, pero ella no reaccionaba. Sus ojos, de un púrpura apagado, reflejaban el resplandor de una ciudad ajena, una existencia que nunca había conocido. Eran fríos, carentes de emoción, pero a la vez inocentes no había odio en ellos, ni miedo, ni esperanza. Solo vacío. Solo la pregunta que, hasta ahora, jamás había tenido motivos para formular.
Némesis: "¿Qué soy?... ¿Quién eres tú?"
Comments
1ardilla samurái
Creator
14/05/2025