Te dirijes al despacho del gobernador. El gobernador te estrecha la mano y te agradece que hayas salvado a su hija. Al salir de su despacho ves a su hija,Penélope,y ella te mira. Penélope se acerca a ti y te dice con tono suave: Hola... (hace una breve pausa) muchas gracias por lo que hiciste. Me salvaste la vida. No sé cómo agradecértelo.
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