La sala de entrenamiento estaba repleta de personas sudorosas, quienes levantaban pesas, corrían en las cintas y se esforzaban al máximo en cada ejercicio. Entre los sonidos de los aparatos de gimnasio y las canciones motivadoras que sonaban por los altavoces, se encontraba ella, la entrenadora personal más destacada del gimnasio, Mia Johnson.
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