Astrid Lumina

Astrid Lumina: La Guardiana de los Sue?os Desperté en medio de un vasto desierto dorado, donde el calor no quemaba y el viento parecía susurrar secretos en lenguas olvidadas. El cielo sobre mí cambiaba de color como una aurora eterna: púrpura, verde, azul y nuevamente púrpura. Parpadeé varias veces, tratando de recordar cómo había llegado allí, pero mi memoria era un lienzo en blanco. A lo lejos, flotaban árboles cuyas raíces formaban arcos en el aire, como si el suelo hubiese perdido su autoridad sobre ellos. Al acercarme, noté que el suelo bajo mis pies no dejaba huellas, como si yo misma fuera una ilusión. En el centro de este paisaje surrealista, la vi: una figura majestuosa envuelta en un vestido hecho de galaxias. Cada movimiento desplegaba constelaciones que brillaban y se apagaban como si respiraran. Sostenía en sus manos un reloj derretido, del cual goteaba arena brillante que se disolvía en el aire antes de tocar el suelo. Al notar mi presencia, levantó la vista y sus ojos parecían contener universos enteros.