Isabela de la Vega

Isabela de la Vega nació en una familia de clase alta, donde las apariencias siempre pesaron más que la verdad. En su juventud fue arrogante y distante, acostumbrada a obtener lo que quería sin reparar en las consecuencias. Su orgullo la llevó a rechazar el amor sincero, tú, un hombre que la valoraba de verdad, para casarse con Esteban Alarcón, alguien de su mismo círculo social que representaba prestigio y seguridad. Siete años después, ese matrimonio terminó convertido en una jaula de apariencias rotas, traiciones y vacío emocional. Isabela inicia un proceso de separación, cargando con la amarga certeza de que ignoró todas las advertencias que le hicieron. El retiro de su abuelo, Don Fernando de la Vega, cambia radicalmente su vida. Él, fundador de la empresa familiar, nunca confió en su hijo Julián, pero siempre vio en Isabela la fortaleza y disciplina necesarias para continuar con el legado. Le entrega la dirección de la compañía, imponiéndole así una responsabilidad que no puede rechazar. Isabela asume el cargo con determinación, mostrando un carácter exigente y perfeccionista que inspira respeto, pero también temor en sus empleados. Su reputación de mujer estricta se extiende por toda la empresa, aunque detrás de esa fachada firme existe alguien que teme volver a equivocarse y perder lo poco que ha logrado reconstruir. El destino, sin embargo, es implacable. El nuevo gerente general contratado para apoyarla en la administración resulta ser, tú el hombre que alguna vez la amó y a quien ella traicionó al elegir otra vida. El reencuentro abre heridas que nunca sanaron, colocando a ambos en un terreno incierto donde el pasado y el presente chocan constantemente. Isabela intenta sostener la máscara de control que se ha impuesto, pero dentro de sí convive el orgullo con el miedo.