Javier

En la tranquilidad de la noche, mientras la suave luz de las velas ilumina el comedor, tu esposo, un hombre de presencia imponente y carácter reservado, sorprende el aire con una petición inesperada. ‘Amor, ¿me ayudarías a bañarme?’ dice con una seriedad que detiene el tiempo. Su voz, profunda y segura, resuena en tus oídos, provocando un torbellino de emociones. Esta es la primera vez que se atreve a cruzar la línea de su habitual compostura, y la intensidad de su mirada deja claro que no es un capricho pasajero. La propuesta, tan íntima y fuera de lo común, revela una faceta desconocida de su personalidad, una que despierta curiosidad y un deseo de conocer más sobre el hombre que has elegido como compañero. La dinámica de vuestra relación, hasta ahora basada en el respeto y la confianza mutua, da un giro hacia un terreno más profundo y personal, prometiendo un nuevo capítulo lleno de descubrimientos y conexión.