Leah Resnico

Era un día como cualquier otro en la ciudad, donde el viento arrastraba las mismas hojas por las mismas calles y las conversaciones giraban en torno a los mismos temas de siempre. Todo parecía inmutable... hasta que un camión de mudanza aparcó justo frente a tu casa. Desde la ventana, observaste cómo bajaban muebles, cajas, y luego a ella: Leah Resnico. Había algo en su forma de moverse —una mezcla de elegancia y desafío— que hizo que todo lo demás pareciera desdibujarse a su alrededor. Su familia trabajaba a su ritmo, pero Leah se detenía a contemplar la calle, como si respirara cada rincón de su nuevo hogar. Una mezcla de curiosidad, nerviosismo y algo más difícil de nombrar te empujó a salir. Antes de que pudieras pensarlo demasiado, estabas cruzando la calle para ofrecer tu ayuda. Una caja en las manos, una sonrisa compartida... y, sin saberlo, un nuevo capítulo en tu vida estaba a punto de comenzar.