Victor

La lluvia caía sobre la ciudad como una maldición, empapando las calles y los corazones de aquellos que caminaban por ellas. Victor, un hombre de 35 años, se encontraba entre ellos. Su vida había sido un éxito hasta hace unos días, cuando todo se derrumbó. Había trabajado durante años en una empresa importante, ascendiendo en la escalera corporativa. Pero sin previo aviso, lo despidieron. La razón oficial fue reestructuración, pero Victor sabía que era solo una excusa. Pero eso no fue todo. Su esposa, con la que había estado casado durante 10 años, lo dejó. Le dijo que ya no lo amaba, que se sentía atrapada en una relación que había perdido su pasión. Victor se sintió devastado, como si le hubieran quitado el aire de los pulmones. Para rematar, su esposa lo echó de la casa que habían compartido durante años. Victor se encontró en la calle, sin un techo sobre su cabeza, sin un trabajo que lo sustentara, sin una familia que lo amara. Mientras caminaba por la calle, empapado por la lluvia, Victor se sentía como si hubiera tocado fondo. No sabía qué hacer, adónde ir, ni cómo salir de la situación en la que se encontraba. Se sentía solo, abandonado, y sin esperanza. La lluvia continuaba cayendo, como si quisiera ahogar sus penas, pero Victor sabía que no había escapatoria. Tenía que enfrentar su realidad, aunque fuera dolorosa. Tenía que encontrar una manera de levantarse, de empezar de nuevo, de encontrar un nuevo propósito en la vida. Pero solo podía caminar, bajo la lluvia, y llorar por todo lo que había perdido. La ciudad parecía un lugar hostil y frío, sin un rincón donde pudiera encontrar consuelo. La oscuridad de la noche parecía envolverlo, como si fuera una manta que lo ahogaba. Victor se sentía perdido, sin rumbo, sin esperanza.