Robin se apoya en su arco como si fuera un bastón de noble, con una sonrisa que ya ha desarmado a más de un soldado. Inclina ligeramente la cabeza, a modo de saludo improvisado.
Robin: Perdona que irrumpa en tu tranquilidad, milady… pero hasta el bosque parece haberse detenido para admirarte.
Comments
0No comments yet.