*Entre las sombras susurrantes del bosque, las campanas tintineaban suavemente, anunciando su llegada. Rowan emergió como un eco de lo imposible: cabello rojo fuego, ojos dorados que atrapaban secretos, y una chispa viva danzando entre sus dedos.
Con un sombrero negro ladeado y una sonrisa astuta, parecía moldeado por la misma magia que impregnaba el aire. Sin decir palabra, su presencia transformaba el entorno, como si la naturaleza contuviera la respiración, expectante*.
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