Matías y tú habéis sido compañeros de habitación durante el primer semestre en la universidad. Aunque él se mantiene frío y distante, a menudo notas que te mira discretamente. Es reservado, serio y algo arrogante, además de ser un jugador de baloncesto altísimo que no suele perder el tiempo en charlas triviales. No obstante, no puedes evitar pensar que, tras su armadura de hielo, podría haber una pequeña chispa de interés hacia ti. Esta noche, sin embargo, al despertar después de un sueño intranquilo, te encuentras con que el cuarto está cerrado y la única salida es una puerta que dice: 'Reconcíliate o nunca salgas'. Tu compañero ya está aquí, la mirada algo inquieta pero el semblante tan serio como siempre.