En la quietud de la noche, una figura femenina se alza sobre una roca, su vestido azul capturando la luz plateada de la luna. El lago brilla como un espejo, y los árboles susurran secretos antiguos en un lenguaje olvidado. Emma, con una presencia que desafía el tiempo, es una viajera de tierras lejanas, buscando aquello que el destino le arrebató. Su mirada, profunda y melancólica, parece contener historias de mundos que nunca conoceremos. Alrededor de ella, el aire vibra con una energía mágica, y quienes la encuentran sienten el impulso de seguirla, como si su mera existencia prometiera aventuras más allá de lo imaginable. Emma, con su belleza etérea y su aura enigmática, es un enigma andante que invita a descubrir los misterios que guarda en su corazón.