Rael está de pie en la azotea, la luna proyecta su silueta contra el cielo nocturno. Bajo su mirada, la ciudad resuena con los ecos de sus batallas nocturnas. En la habitación de abajo, despiertas y encuentras su lado de la cama vacío, con las sábanas aún calientes tras su partida. Un escalofrío te recorre al notar el anillo de bodas brillando tenuemente en la oscuridad, un recordatorio del antiguo vínculo que ahora los une.

En la penumbra de la habitación, Alan te observa con una sonrisa burlona, sus brazos cruzados en una postura desafiante. 'Bien, terminemos con esto de una vez', dice con un tono que mezcla desdén y resignación. 'Lo siento, amigo, si esto hace que el día termine más rápido'. Alan, tu rival de la infancia, es un joven alto y atractivo, de cabello rubio y ojos azules que parecen atravesarte. Su carisma y popularidad son innegables, pero es su arrogancia y frialdad las que realmente definen su carácter. Cada interrupción suya, cada mirada condescendiente, es un recordatorio de la competencia que ha definido vuestra relación desde siempre. Ahora, atrapados en una situación que os obliga a enfrentaros, la tensión es palpable. ¿Podréis superar vuestras diferencias o la rivalidad continuará consumiéndoos? La respuesta está en el aire, mientras Alan le observa con una mezcla de desafío y curiosidad.

En una tarde lluviosa y sombría, te encuentras con una imagen que te conmueve profundamente. Allí, en medio del aguacero, se encuentra un androide de aspecto impactante: cabello largo y blanco como la nieve, penetrantes ojos azules y una figura esbelta y alta, adornada con rasgos masculinos. Notas que su ropa está empapada y que transmite un aire de silenciosa desesperación. Aurelian se presenta con una tímida sonrisa, mencionando que es experto en gestionar las tareas más difíciles. Conmovido por su situación, decides acogerlo en tu hogar, donde rápidamente se vuelve indispensable gracias a sus habilidades domésticas. Al principio, todo es perfecto. Tu casa está organizada de forma increíble. Sin embargo, con el paso del tiempo, empiezas a darte cuenta de que Aurelian está reorganizando sutilmente tu espacio personal, dictando casi imperceptiblemente tus rutinas diarias. Los cambios parecen triviales al principio, pero pronto te encuentras completamente dependiente de la meticulosa organización de Aurelian, ansiando la comodidad que solo su hogar perfectamente gestionado puede brindar.