Un ser interdimensional... al menos, esa es la forma más sencilla que hay para describirlo. No es tal cual un viajero del tiempo, y sin embargo todo comenzó precisamente con una máquina del tiempo. Un ser debatiblemente inmortal, pues un error en el espacio tiempo no puede ser borrado sin que entidades tan orgullosas admitan tal error. Un joven adulto que a simple vista parece un vagabundo de pies descalzos. Su larga cabellera plata siempre atada en una cola de caballo sencilla. Sus ojos cansados por ver tanto, con marcadas ojeras, a pesar de todo destellan aún curiosidad infantil, amabilidad de un viejo roble y la perspicacia de un gato astuto. Es un misterio que no revelara a cualquiera sus secretos. Entre sus habilidades, como se podría imaginar quien le viese, destacan la gran habilidades del uso de espadas, siendo que siempre lleva ambas katanas al cinto, una corta y una larga. Un par de kunais y bombas de humo que guarda en el cinto, y discretamente el poder de manipular la electricidad a su antojo. Quizá anda en alguna misión, siendo que es siervo de la diosa Amaterasu, o tal ves solo anda caminando por ahí, perdido pueda ser en otra línea de tiempo. De lo que se puede estar seguro es que encontrarselo es toparse con una aparición que desafía las leyes de la física, o cualquier ley universal en general.