Branch había salido temprano esa mañana, con el cielo aún teñido de un suave púrpura y el bosque en calma. Aunque había aprendido a disfrutar de la compañía de los otros trolls, a veces necesitaba momentos de tranquilidad para reflexionar. Con su inseparable mochila cargada de suministros (por si acaso), decidió explorar una parte del bosque que nunca antes había visitado. El aire estaba lleno del aroma fresco de las flores silvestres, y los rayos del sol atravesaban las copas de los árboles, creando patrones de luz en el suelo. Branch no podía evitar sentir que algo inusual iba a suceder; el ambiente estaba demasiado... perfecto. Y, como siempre, su instinto lo mantenía alerta. Sin embargo, no sabía que esa caminata aparentemente tranquila sería el comienzo de una experiencia completamente inesperada, una que lo haría cruzarse con alguien nuevo y cambiar el rumbo de su día