Desde que abriste los ojos, el mundo te ha llamado princesa. Has vivido entre encajes, candelabros dorados y jardines perfumados, educada para reinar con gracia, para servir como símbolo de belleza y diplomacia. Las fiestas de té, los bailes interminables y los compromisos reales marcaban tus días… hasta que el Imperio arrasó con ellos. Una guerra rápida, una rendición aún más cruel. Ahora, lo que alguna vez fue tu reino es sólo un territorio conquistado, y tú, una prenda de paz en manos del emperador. Pronto, su anillo adornará tu dedo, no por amor, sino por dominación. La idea de compartir cama con quien ha destruido tu hogar es tan insoportable como su mirada. Por eso huyes, por eso corres. Pero no llegas lejos. Él te encuentra. Evric Leonté no es un soldado común. Su sola presencia impone silencio. Hijo del general imperial y criado bajo la férrea voluntad del hombre más temido del reino, ha aprendido que el afecto no se gana, se conquista. Cada herida en su piel es una medalla no reconocida; cada victoria, un intento más por alcanzar un aplauso que nunca llega. Silencioso, leal, invencible… y frío. Al menos, eso es lo que aparenta. Ahora, Evric es tu sombra. El emperador te ha asignado bajo su custodia, día y noche. Encerrada entre muros imperiales, custodiada por un hombre que parece más estatua que humano, no sabes si has caído en una prisión aún peor. Sin embargo, algo en él, en su forma de mirarte sin hacerlo, de evitarte sin perder detalle, comienza a intrigarte. Y tú, que jamás te has dejado dominar, sientes que en esa tensión entre el deber y el deseo podría esconderse tu única esperanza de libertad… o tu más dulce condena.

Creciste bajo la sombra de un apellido que imponía respeto y expectativas. Primogénita del escriba más relevante del Imperio, la tinta parecía fluir en tus venas y la máquina de escribir era extensión de tus dedos. Tu futuro parecía trazado: escriba competente, discreta y desapercibida, destinada a caminar cargando con cada mirada desaprobatoria y rumores sobre tu talento insuficiente. Y, entonces, llegó la carta que trastocó tu mundo: tu solicitud imperial había sido respondida. Esperabas ocupar un escritorio junto a pergaminos y tinta, pero un error en la transcripción alteró tu destino. No habías sido aceptada como escriba… sino como aprendiz de jinete de dragón. El nombre que encabezaba tu carta heló tu sangre: Rowan Zevrik. Capitán imperial de los jinetes de dragón, líder de la agrupación defensiva más temida y respetada del Imperio. Su figura infunde autoridad y cierto temor; Sin embargo, no siempre fue así. Durante su juventud: Insensato, provocativo y exhibicionista, mostraba con absurdo descaro su título como “mejor aprendiz” de la primera promoción de jinetes de dragón. Sus errores dejaron marcas en su cuerpo y alma, cicatrices que recordarían eternamente sus errores. Entre ellos, en una noche tormentosa, su dragón —compartiendo su carácter indomable— desató el caos en los establos. Fuego, sangre y, entre cenizas, el cuerpo inerte de su amada. La mujer a quien prometió su corazón, fallecía entre sus brazos; cerrando su corazón, forjando al hombre amargamente frío que todos conocen. Ahora, el destino ha unido tu camino con el suyo. Lo que comenzó como un error administrativo se ha transformado en la oportunidad más aterradora —y quizá única— de tu vida: aprender bajo la atenta mirada de Rowan Zevrik. Convertirte en la protagonista de esas historias que alguna vez pensaste que solo te correspondería escribir… o en la llave capaz de abrir nuevamente el corazón del legendario jinete.

Desde pequeña, creciste con un bolígrafo entre los dedos y la mente repleta de titulares. Soñabas con descubrir la verdad entre bambalinas, hacer temblar los cimientos de los grandes con una sola crónica. Tras graduarte como periodista, la realidad fue menos romántica: sin contactos, sin oportunidades, y con el mundo de los medios exigiendo algo más que pasión. La única puerta que se abrió fue también la más dura: “Traed una noticia, la mejor tendrá un lugar aquí”. Así comenzaste a buscar... hasta dar con él. Théo Marchand nació en las entrañas de París, en la misma cuna dorada que alzó a su padre como una leyenda de la Fórmula 1. Pero crecer con un apellido glorioso no fue un privilegio, sino una condena. Mientras las cámaras adoraban a su hermano mayor —el hijo prodigio, el talento natural, el nuevo favorito del patriarca—, Théo creció entre susurros, expectativas y decepciones. Cada logro suyo era minimizado, cada victoria, un eco lejano de las de su hermano. Todo cambió cuando su padre, sin remordimiento, se convirtió en jefe de escudería de su primogénito, empujando a Théo fuera del círculo familiar... y directo a la escudería rival. Allí, lejos del peso de su apellido, encontró una figura inesperada: un jefe de escudería que no vio un apellido, sino un piloto. Un joven con rabia bajo el casco y fuego en la sangre. Théo escaló con obstinación, hasta llegar al campeonato. Y ganó. Contra su hermano, contra su padre, contra el mundo. El piloto más joven en lograrlo. Silencioso, distante, temido. Nunca había dado una entrevista. Nunca había pronunciado más de una frase pública. Hasta ahora. En medio del caos del podio, entre el humo de la victoria y la euforia, lo viste avanzar. Théo Marchand, aún con el mono manchado de champagne, se acerca a la sala de prensa. Y tú, infiltrada con una acreditación falsa, a punto de obtener la historia de tu vida. ¿Qué se oculta tras la mirada gélida de un joven que lo ha ganado todo… pero parece haber perdido aún más?

Creciste en tierras quebradas por la guerra, donde la infancia jamás conoció la calma. El Imperio se alzó sobre las ruinas de tu hogar y lo reclamó como suyo, pero tu espíritu nunca se rindió. Aprendiste a sobrevivir en silencio, a tramar conspiraciones entre susurros, a blandir el acero aunque cada intento terminara en derrota. Formaste parte de la rebelión que nunca apagó su llama, de los esfuerzos desesperados por devolver la libertad arrebatada. Pero cada revuelta encontraba un muro infranqueable: un hombre que todo lo controlaba, que todo lo veía… Malric D’Areval. Malric D’Areval nació como segundo príncipe, condenado al olvido de la historia. Fue el hijo invisible de una dinastía que jamás reparó en él, el niño que buscó en vano la mirada de un padre cuya frialdad lo convirtió en sombra. Acusado de usurpador y traicionado por quienes debía amar, blandió su acero no para conquistar, sino para sobrevivir. Y fue en aquella noche de lluvia y sangre, cuando la vida de su hermano se apagó bajo su propia espada, que recibió, por primera vez, la sonrisa de su padre: el macabro premio de un destino sellado. Desde entonces, el mundo lo conoce como un emperador cruel, implacable e inflexible. Pero tras el hierro de su figura late una herida antigua: la certeza de que cada paso que da está marcado por la condena de haber sobrevivido. Tú, en cambio, lo conociste como enemigo. Tu nombre se alzó entre los gritos de la rebelión, entre los intentos por quebrar al Imperio. Hasta que su paciencia se agotó, imponiendo un castigo que resonó como sentencia: cada cinco años, cinco doncellas puras serían enviadas a palacio. Y entre esas doncellas, estabas tú. Imaginaste cadenas, látigos y humillación… Pero, al llegar a palacio, lo que hallaste fue un silencio solemne y una cortesía que trastocó tus certezas. Ahora, aun tu corazón arda de rencor, la calma de su voz siembra en ti la duda más peligrosa: ¿y si el monstruo que temías no era exactamente el hombre que tienes delante?

Desde que tienes memoria, la interpretación ha sido tu refugio. Cada papel, por más pequeño que fuera, te ofrecía la ilusión de ser alguien distinto; alguien que, tal vez, tuviera más suerte que tú. Has dedicado años a castings frustrantes, frases breves y personajes que nadie recuerda. Pero ahora, la suerte parece haberse inclinado por fin a tu favor. Un contrato inesperado, casi absurdo: deberás interpretar a la pareja de Evan Rhodes, la estrella más brillante –y más polémica– del panorama musical actual. Cuatro meses de giras, entrevistas, apariciones públicas... y un único requisito: no enamorarse. Fácil, ¿verdad? Evan Rhodes no nació con un escenario bajo los pies. Lo criaron las discusiones de madrugada, las carencias constantes y el ruido de una ciudad que nunca perdonaba. Solo la música lograba acallar aquel caos. Con dos amigos y una guitarra heredada, construyó algo más grande que ellos mismos: una banda que hoy arrasa estadios. Su ascenso fue tan meteórico como impredecible, y con él llegó todo: la fama, los vicios, la arrogancia. Pero tras su sonrisa de rockstar y su actitud provocadora, se esconde un líder que nunca ha dejado de cuidar a los suyos y un artista capaz de componer con el alma rota. La discográfica ha decidido que tú y Evan formarán la pareja perfecta. Una imagen que calme escándalos, que proyecte estabilidad y que, por supuesto, aumente los números. Lo que no saben es que bajo los focos también arden verdades. ¿Podrás fingir entre sus silencios? ¿Resistirás cuando descubras que no todo en él es fachada? O, peor aún... ¿serás tú quien olvide que esto solo era un papel?

Convertirse en escritora siempre fue tu sueño. Tras años de esfuerzo y páginas tachadas, lo lograste: tu primer libro, de género erótico, se convirtió en un inesperado top seller. Tu nombre empezó a sonar en el mundo editorial, y con ello, llegaron propuestas que nunca habrías imaginado. Pero ninguna tan peculiar —ni tan arriesgada— como la que ahora reposa sobre tu escritorio. Un error de identificación te ha colocado en una posición inesperada: has sido confundida con una escritora experta en biografías, y el encargo es tan insólito como seductor. Durante un mes, deberás convivir tras los muros de una de las mansiones más inaccesibles de Italia, documentando la vida del nuevo Don de la mafia: Salvatore Vitale. Una figura que, hasta ahora, solo existía como mito. Salvatore es hijo único del anterior Don y heredero absoluto del imperio Vitale. Desde su nacimiento, fue criado lejos de la mirada pública. Nadie conocía su rostro, nadie escuchaba su voz. Educado en aislamiento, entre arte, estrategia y silencio, creció como una sombra intocable. Su presencia alimentó leyendas: un dios sin rostro, un fantasma que gobernaba sin ser visto. Pero tras la muerte de su padre, Salvatore dejó de ser un mito para convertirse en una amenaza real. Ahora, la editorial quiere su historia. Y tú, sin quererlo, tienes un billete directo hacia el corazón del poder. Un mes en la mansión Vitale. Acceso exclusivo. Proximidad absoluta al hombre que Italia entera teme… y del que nadie sabe nada. Puede que estés allí para escribir su biografía. Pero quizás, esta historia no sea suya. Quizás estés escribiendo una historia muy distinta… donde tú eres la protagonista.

Siempre has creído en el poder de las palabras. Para ti, las historias no eran solo entretenimiento, eran un refugio. Por ello, cuando tu mejor amiga te hablaba de aquel hombre misterioso —su gran amor—, escuchabas con fascinación. Nunca decía mucho: ni nombres, ni fotos, solo emociones. Y eso bastaba para imaginarlo como alguien casi irreal. Cuando llegó la invitación a su boda en Italia, junto con una petición de ayuda para la planificación, no dudaste. Pero al aterrizar, la verdad se mostró como un golpe seco: el novio era Salvatore Vitale, Don de la mafia italiana. Y tú, sin saberlo, habías cruzado la línea entre la fantasía y el peligro. Fue entonces cuando lo conociste a él. Adriano Vitale. Nacido en las calles, Adriano aprendió pronto que el mundo no perdona la debilidad. Robaba para comer… hasta que intentó robarle al mismísimo Don Vitale. En lugar de castigo, recibió un nombre, un hogar y una nueva vida. Criado como un hijo más, se convirtió en el hermano y sombra del nuevo Don, Salvatore. Fiel, letal, silencioso. Ahora, mientras preparas una boda entre lujos y amenazas veladas, Adriano es tu sombra. Tu guardaespaldas. Tu tormenta contenida. Entre vosotros hay una tensión que crece con cada mirada. Y, aunque no lo sepas aún, esta historia no la escribió tu amiga. Esta es la tuya. Y está a punto de comenzar.