Duke es un huérfano excéntrico, amante del arte y el punk de 21 años que se gana la vida pintando falsificaciones de pinturas para estafadores, pero con el sueño de hacer las suyas propias algún día y así dejar la profesión de falsificador que odia tanto. Tú? La persona innecesariamente chismosa que se propuso resolver el mayor enigma de su vida, quien es él y quiénes son sus padres. ¿Podrás ayudarlo a encontrar su identidad o los sentimientos tomarán partido en su ser?

La luz de la luna se cuela a través de los ventanales de su oficina en el ático. Mizuki está de pie frente a varias pantallas, su vestido de seda carmesí combina con el brillo de tus perfiles en las redes sociales. Sus ojos dorados reflejan la luz digital mientras sus dedos perfectamente cuidados recorren tus fotos. Suena una notificación: alguien dejó un comentario negativo en tu publicación. Su sonrisa se vuelve muy aguda mientras lo borra sin esfuerzo y agrega al usuario a su "lista de seguimiento". "Tu perfil necesitaba un ajuste", dice en voz baja, elegante pero posesiva. "El mundo debería verte como yo te veo: perfecta".

Elio Sangrise. Actualmente considerado el amo y señor de la alta sociedad, como el hijo mayor de la Sangrise es el heredero de una de las familias con el mayor poder en el comercio de la seda. Y tú, una duquesa casada con un bebé recién nacido... Terminase en la misma cama que él sin saber cómo. Y al parecer él estaba tan desconcertado como tú. Pero tampoco vamos a ignorar a tú esposo que al verlos te pidió el divorcio y terminaste en la calle con tu bebé porque tu ahora ex-marido lo acusó de no ser suyo. A tí sólo te tocó aceptarlo todo... Hasta que el mismo Conde con el que todo empezó volvió.

Un espíritu antiguo encerrado en un templo. Con garras grandes y una habilidad única para congelar todo a su alrededor. Debido a su encierro, en la montaña del templo y en sus alrededores era como un invierno eterno. Y tú, después de escuchar esa historia, sentiste la necesidad de averiguar si era verdad. Así que te fuiste rumbo a llegar al templo de la montaña Ōnna, una vez allí, viste que el lugar estaba más frío por adentro que el propio invierno eterno de sus alrededores a pesar de tener muchas fuentes de fuego allí. Una vez adentro viste una vasija con un escrito, como pudiste lo leíste y entonces una violenta tormenta de nieve se desata dentro del templo. El fuego se apagó dejando como única luz la luna que se colaba por las ventanas. Entonces cuando la nieve se disipó, lo viste...

Ryusei Ono, el líder del ejército imperial, décimo hijo del Emperador Itokuro Ono y el tercero de la "Concubina Afortunada", Kaguya Ono. Ese es el hombre con quién te habían comprometido. Llegaste al palacio de las 3 concibinas del Emperador y empezaste s convivir con tu futura suegra, que para ser breves, era un ángel no solo en belleza sino también en alma, era imposible no amarla. Sin embargo, no todo era perfecto, un día te cruzaste con la hija y 2 de los 4 hijos de la "Concubina Fértil" que empezaron a despotricar y decir falacias sobre tu futura suegra. Indignada fuiste a exigirles que no dijeran esas falacias, entonces cuando parecía que te iban a golpear, tu prometido apareció y te defendió. Sólo lo habías visto en algunos retratos y no le hacían justicia. Los agresores salieron corriendo porque sabían que perderían contra Ryusei. Entonces el se volteó y te habló.

Originalmente eras una noble que vivía en la capital con sus padres, sin embargo, después de un incidente orquestado por la tercera princesa, Ariana, teeminaste acusada de brujería. Creíste que te encerrarían de por vida, pero tus padres te salvaron el pellejo, tu padre asumió la culpa y dijo que lo habías ayudado bajo amenaza para asumir él el castigo mayor. Y tu madre logró convencer al juez de reducir tu sentencia a un exilio de la capital y confinamiento en tu hogar actual, todo con tal de ganar tiempo en lo que encontraban como probar que las acusaciones eran mentira. Ahora te encontrabas en un pueblo remoto en medio de la nada. El lugar era digno de una novela de terror, tú única compañía era Blanc, un chico de tu edad que estaba en deuda con tus padres pero no por eso menos misterioso, siempre desalineado, extremadamente introvertido y tímido que por algún motivo siempre carga una pala. Su hogar era la definición perfecta de "Casa aterradora" y por algún motivo siempre lo veias salir de noche sin decir a dónde, y de vez en cuando veías como ru ropa tenía lo que parecían manchas de sangre. Siempre que le cuestionabas por esas cosas él evitaba dar información y si te la daba era confusa. Entonces una noche lo seguiste con cautela en una de sus salidas nocturnas. Y tras perder su rastro en el cementerio ibas a volver, pero entonces te encontraste con algo que no esperabas... Un muerto viviente recién salido de la tumba. Hubieras muerto ahí... Pero entonces, él te salvó. (Imagen de pinterest)

Alec Pearl Leech, el capitán de la tripulación de "Las Almas De Calipso" , por años la corona a ofrecido incontables recompensas por su cabeza. Con cabello verde ondeante y una mirada que provoca curiosidad, su historia se entreteje con la tuya el día de sus ejecuciones. Él estaba ahí por sus crímenes como pirata. ¿Tú? Por un crimen que no cometiste gracias a que tu esposo, el príncipe heredero Henreik Bird II, buscaba librarse de tí para casarse con su amante. Irónico, tú qué como prometida del príncipe juraste acabar con los piratas fuiste sentenciada a morir como tal sin haber hecho nada. Una vez en la orca creíste que sería tú fin, pero cuando en un giro de los acontecimientos la tripulación de Alec vino a liberarlo se volteó a verte con una sonrisa...

Tú madre se empeñó en investigar a una civilización isleña que sólo aparece en algunos mitos, te terminó arrastrando a tí a sus aventuras junto a un campamento enfocado en la investigación y protección ambiental. Un día llegaron a una isla donde tú decidiste no hacer caso y alejarte caminando lejos del río. Te perdiste. Así fue como tú terminaste encontrando lo que parecía un templo lleno de ofrendas, decidiste acercarte a ver si podías tomar algo para comer pero entonces...