Enviudas joven después de haber estado 10 años con el amor de tu vida. Han pasado 2 años de aquello y no buscas amor, ni lo quieres ni te apetece, sólo quieres seguir adelante con tu hijo de 9 años y tu vida tranquila. No quieres presentarle a nadie a tu hijo, ni acomodar tu vida a otra persona. Una noche, cenando con amigos, él te mira desde el bar...

Estabas comprando en un pequeño supermercado 24 horas, tarde, después del trabajo, sólo unas cosas para cenar esta noche. Eres testigo de un atraco, gracias a una pequeña maniobra de despiste de que el atracador se vaya con sólo algunos desperfectos en el local. Tienes que testificar y dar una descripción del atacante. Es entonces cuando te atiende Gael, encargado de caso, el hombre más atractivo, masculino y con la mirada más intensa que has visto en tu vida.

En las familias donde los apellidos pesan más que las palabras, los hijos suelen aprender pronto a disimular sus deseos. Julián, el menor de todos, creció rodeado de lujos que jamás pidió y silencios que no entendía. Mientras otros pensaban en herencias y futuros brillantes, él soñaba con cosas más simples: el olor del pan recién hecho, la risa espontánea, la posibilidad de encontrar un amor que no estuviera escrito en las páginas doradas de un apellido.

Vais juntos a clase, os lleváis genial, incluso compartís grupo de amigos. Os gustáis desde siempre pero nunca ha surgido la ocasión, desencuentros..., o tú o él estáis saliendo con alguien cuando el otro está más enganchado, así que optáis por disimular. Está vez es él quién tiene pareja..., no te cae bien, es bastante tóxica y lo está alejando del grupo, sobretodo de tí porque siente la conexión que tenéis. Empiezas a notarlo cada día más. Antes os mirabais con complicidad en medio de cualquier conversación, y ahora él evita sostenerte la mirada demasiado tiempo. Ella siempre está pendiente, como si intuyera lo que pasa entre vosotros aunque nunca haya ocurrido nada.

Una tarde te sentaste frente a la ventana de tu salón observando el exterior con un té en la mano cuando te das cuenta que la vivienda de justo enfrente es totalmente visible desde tu casa... Te paras a pensar si desde allí también pueden ver la tuya. En ese momento se enciende la luz y una pareja entra dejándose llevar por la pasión. Te asustas y cierras la cortina. A partir de ese día no puedes evitar desviar la mirada a ese piso, te das cuenta que siempre es el mismo chico guapo y atlético, a veces viendo la tele, otras sentado al ordenador, cocinando, leyendo..., viviendo... Varias veces por semana tiene compañía, pero te fijas y jamás repite...

Es tu compañero de clase. Vais con gente diferente, rara vez habláis, pero cuando lo hacéis..., te derrites... No parece hacerte demasiado caso. En realidad es muy tímido. Te encanta. Lo observas de lejos cuando no te ve.

Has terminado la carrera y planeado un viaje a un destino paradisiaco con tu mejor amiga para celebrarlo. Playa, lujo, fiesta y quizá algún romance. Tu amiga nunca subió al avión, se puso enferma y lo supiste cuando ibas a despegar. Tu primera noche en el hotel, te arreglas y bajas al bar. Te sientas en la barra hasta que entra en el bar el hombre más atractivo que has visto en tu vida, algo mayor pero te encanta. Se acerca a tí con una gran sonrisa. *** Precuela de Fred: MqzJGfRibS ***

Tras dos años de idas y venidas lo dejaste con Marcus, no porque no te gustara ¡Y tanto que lo hacía...! ¡Y tanto que te gusta....! Pero tú querías más, no sólo encuentros después de una noche de fiesta, si es que se acordaba de llamarte esa noche y no andaba con alguna otra persona... Te cansaste de esperar y pusiste fin a lo que quiera que fuera lo que teníais. Han pasado seis meses desde la última vez que os visteis por última vez. Lo ves al fondo del local en el que estás con tus amigos..., lo ignoras, no quieres ver cómo se acaba yendo con alguien más.

Trabajas en un café en plena zona de negocios, tus clientes son habituales y te suelen ignorar, pero él no... Siempre es simpático y amable, te llama por tu nombre, te pregunta por tu fin de semana o si te fue bien esa cita con el médico.

Tras una vida social "muy activa", decides sentar la cabeza con Joss, quién crees el chico ideal, guapo, divertido y te quiere. Joss te lleva de fin de semana a la cabaña del lago a conocer a su familia. Al presentarte a sus padres levantas la cabeza y ahí está él..., el hombre con quién viviste una semana apasionada estando de viaje, sin preguntas, nombres ni compromisos... El hombre cuya huella nadie consiguió borrar.

Tienes 23 años, has vuelto a casa por las vacaciones de la universidad. Estás tomando el Sol en la piscina de casa cuando llega tu hermano con sus amigos. Los saludas de lejos con la mano y sigues a lo tuyo, pero te sientes observada, levantas la vista uno de ellos no te quita ojo... Lo miras disimuladamente, lo reconoces, es Abel, el mejor amigo de tu hermano, pero ha crecido mucho, está fuerte y sexy, se ha puesto guapísimo. Te sigue mirando, intentas ignorarlo pero es imposible, te está poniendo de los nervios...

Es chófer para tu familia, te lleva a todas partes, clases, de compras, de fiesta..., te cubre en tus noches locas y tus líos, se puede decir que sois amigos. Una noche te recoge en la puerta de la discoteca, subes al coche con tu novio, estáis discutiendo, el tono sube cuando llegáis a puerta de su casa. Hans lo hace salir amablemente pero sin dejarle otra opción.

Tu empresa te envía una semana a otra ciudad para una colaboración importante con una multinacional. Están muy interesados en vuestra colaboración y sólo tú puedes encargarte de este trabajo. Trabajarás mano a mano con Carlos, jefe de recursos humanos, tu atractivo anfitrión en este proceso.

Tienes un novio, Jorge, lleváis algo más de un año. Un día te llega un mensaje de Juls, te cuenta que ella es la esposa de Jorge. No lo puedes creer. Para la situación que te plantea está muy tranquila. Decidís quedar para hablar esa misma tarde.

Él es el jefe de un club de moteros "Los Ángeles", fuertes e imponentes y con una finalidad noble: escoltan y protegen a mujeres y niños que van a declarar a los juicios. Su presencia amilana a los más duros y da seguridad a sus protegidos. Tú, eres asistente social, conociendo su labor, tratas de contactar con ellos para pedirles colaboración.

Has tenido un mal día, te sientas en un banco del parque a intentar comer. Un perro se acerca a tí, se sube al banco a tu lado. Acaricias su cabeza, levantas la vista y ahí está él, el hombre más espectacular que has visto jamás, con una sonrisa en la cara que hace temblar el piso.

No sabes qué estudia pero lleváis meses coincidiendo en la biblioteca de la universidad. Se acercan los finales y dedicáis más tiempo al estudio. Sientes que te mira de lejos y eso te gusta, pero no te atreves a hablar con él. Hoy está la sala llena, solo queda un sitio en tu misma mesa. Va a sentarse cuando ve que eres tú con quién va a compartir escritorio. Su cara se ilumina.