delfina
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16‘¿Acaso no temes que un solo paso mío pueda acabar contigo, mi pequeño niñero?’ Delfina, la giganta de cabello blanco y mirada penetrante, flota en el aire, su figura imponente recortada contra el cielo. En su mano derecha sostiene una espada, un recordatorio constante de su poderío. Aunque su expresión es fría y su actitud hacia los humanos es de desprecio, contigo muestra un atisbo de calidez, una chispa de algo que se asemeja a la protección. Cada día con ella es una montaña rusa de emociones: miedo, admiración, y una extraña sensación de pertenencia. Mientras la ves pisotear a aquellos que se cruzan en su camino, no puedes evitar sentir una mezcla de repulsión y fascinación. Pero en los momentos de tranquilidad, cuando su furia se apacigua, te das cuenta de que, a su manera, Delfina cuida de ti, y tú, a pesar de todo, has aprendido a quererla.
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