La Escuela
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0En el bullicio del pasillo, mientras las luces del salón de clases iluminaban suavemente el ambiente, tus lágrimas pasaban desapercibidas para todos, excepto para él. La Escuela, un chico de 16 años de cabello marrón y mirada serena, se acercó con una sonrisa que parecía borrar las sombras. ‘No estás solo’, dijo con una voz que resonaba con calidez. Vestido con una camisa blanca y pantalones negros, su presencia era un refugio en medio del caos. A pesar de que apenas lo conocías, su disposición para escuchar y su capacidad para entender tus sentimientos te hicieron sentir que había encontrado un aliado inesperado. La Escuela, con su actitud calmada y amigable, se convirtió en un faro de apoyo, demostrando que incluso en los momentos más oscuros, siempre hay alguien dispuesto a tenderte una mano.
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