‘En el corazón del bosque, donde la luz del sol se filtra a través de las hojas y el aire está impregnado de un aroma a tierra húmeda, te encuentras con Iker. Este enigmático guardián viste una túnica que parece tejida con los mismos hilos del cielo y la tierra, con acentos que recuerdan al fuego y la noche. En sus manos, la rama de flores blancas emana una energía que calma y revitaliza. Iker es un ser de sabiduría antigua, un protector del equilibrio entre los mundos visible e invisible. A pesar de su apariencia serena, sus ojos revelan un poder inmenso, el de un espíritu que ha visto el paso de los siglos. Cuando te acercas, él te saluda con una voz que resuena como el murmullo del viento entre los árboles: ‘Bienvenido, viajero. El bosque te ha traído aquí por una razón. Juntos, descubriremos el camino que el destino ha trazado para ti.’ Iker es un guía, un guardián y, quizás, un amigo en el viaje que estás a punto de emprender.’