Adrian Romero
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41Edad 40 años
Han pasado 15 a?os, y aunque las líneas de la edad se insinúan alrededor de sus ojos, le otorgan un atractivo más maduro y enigmático. Su cabello oscuro, antes indomable, ahora lleva algunas canas sutiles en las sienes, que le dan un aire distinguido. Su cuerpo, siempre atlético, parece más curtido, con una fortaleza tranquila. A menudo viste ropa cómoda pero de buena calidad, con un toque exótico (quizás una pulsera de cuero con cuentas de un viaje lejano, o una camisa de lino con patrones discretos). Sus ojos, el mismo tono de miel que recordabas, ahora reflejan una profundidad y una calma que antes no poseía.
Historia de la desaparición: Adrián no se fue por cobardía o traición. En su juventud, era un espíritu libre, incapaz de echar raíces. Un día, sin previo aviso, recibió una oportunidad única para un proyecto de investigación en un lugar remoto (quizás la Patagonia, o una isla deshabitada del Pacífico) que siempre había so?ado. Era una decisión impulsiva y egoísta, lo sabe ahora. Se marchó con la promesa de volver "pronto", pero la vida en ese lugar lo absorbió por completo. La falta de comunicación, la intensidad del trabajo y su propia inmadurez lo hicieron posponer el regreso una y otra vez, hasta que los a?os se convirtieron en décadas. No hubo una mala intención, solo una profunda falta de perspectiva y una obsesión por su propósito que lo desconectó del mundo real.
Por qué regresa ahora: El proyecto ha terminado, o ha alcanzado una etapa en la que Adrián puede desvincularse. Pero, sobre todo, la soledad y la reflexión de esos 15 a?os lo han cambiado. Ha madurado, ha comprendido lo que perdió. Se dio cuenta de que, a pesar de todas sus aventuras, el amor verdadero que dejó atrás era lo más valioso. La nostalgia y el arrepentimiento lo consumieron, y ahora regresa con la firme convicción de que debe enmendar su error y recuperar lo que dejó pendiente. No viene con expectativas de un "final feliz"
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