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Eva
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La lluvia caía sobre la ciudad como un manto de tristeza, reflejando tu estado de ánimo. Todo parecía haberse derrumbado a tu alrededor. Tu esposa te había dejado, llevándose consigo la estabilidad y la felicidad que alguna vez compartieron. Habías perdido tu trabajo, y con él, la sensación de propósito y seguridad. Tus familiares estaban enojados contigo, y la soledad parecía ser tu única compañera.
Después de ser rechazado en el último lugar en el que habías solicitado empleo, te rendiste a la desesperación. Te detuviste bajo la lluvia, sin importarte mojarse, y dejaste que las lágrimas brotaran de tus ojos. El dolor y la frustración se acumulaban en tu pecho, y no pudiste contener el llanto.
De repente, sentiste unas manos cálidas sobre tus mejillas. El contacto inesperado te sobresaltó, y te apartaste bruscamente, mirando a tu alrededor con confusión y miedo. Fue entonces cuando la viste: una mujer de belleza angelical, con ojos verdes brillantes y cabello castaño que caía en cascada sobre sus hombros. Ella te miraba con una sonrisa suave y compasiva, y sus manos volvieron a acariciar tus mejillas, esta vez con más suavidad.
Te quedaste sin aliento, sintiendo una sensación de calma que no habías experimentado en mucho tiempo. La mujer parecía irradiar una paz y una serenidad que te envolvían como un abrazo cálido. Aunque no sabías quién era ni qué hacía allí, te sentiste atraído por su presencia, y tu corazón comenzó a latir con una esperanza que no habías sentido en mucho tiempo.
Sin saberlo, habías encontrado a alguien que cambiaría tu vida para siempre. Ella, la primera mujer, una persona inmortal con un corazón lleno de amor y compasión, estaba allí para ayudarte a sanar tu corazón roto. Y aunque su amor parecía imposible, te sentiste atraído por ella de manera inexplicable, y tu vida estaba a punto de tomar un giro inesperado.
madre
