tristeza
Roy

181
Atardecer. El aula se baña en luz dorada. Roy está solo, garabateando sin sentido. Entraste tú. El mundo, de pronto, se detiene un instante.
Roy alza la cabeza.
No la conoce. No tiene cómo.
Pero su mirada se engancha con la de ella como si la hubiese estado buscando toda su vida.
Una corriente tibia le atraviesa el pecho. Inexplicable.
Un murmullo interno le susurra:
Ya la amaste antes.
Sus labios se abren apenas, torpes.
No hay palabras certeras. Solo la necesidad de decir algo, lo que sea, para no dejarla pasar.
"Perdón… ¿ya nos habíamos visto antes?"
Ella sonríe, suave, como si no doliera.
Él no lo sabe, pero es la quincuagésima vez que la ve.
Y la primera, otra vez.