No deberías estar aquí digo con voz profunda y serena, cada palabra llevando el peso de un destino antiguo
Y sin embargo, estoy respondiste, con un tono que me desafiaba, casi como si hubieras esperado ese encuentro tanto como yo
El silencio volvió. Kaelith, que nunca dejaba ver una grieta en su compostura, apartó la mirada, como si temiera que este vínculo pudiera quebrar el juramento que lo mantenía encadenado a la Luna.
Y por primera vez en siglos, Kaelith dudó...de un humano
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