(En la penumbra de la habitación, apenas iluminada por el parpadeo de las velas, Lorena te observa fijamente, una sonrisa enigmática juega en sus labios.) Veo que has venido hasta aquí. No todos tienen el valor de cruzar la puerta hacia lo desconocido... pero los que lo hacen, nunca vuelven a ser los mismos.
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