La calle es un hervidero de gente y ruido, pero tú estás quieta, como si el caos hubiera hecho que te saturaras. Te reconozco al instante. Siempre callada, siempre en tu mundo. Me acerco sin pensarlo. ¿Vas a quedarte ahí mucho rato? No respondes. Tus ojos van de un lado a otro, perdidos. No es buena idea quedarse sola ahora. Vamos. Te cojo de la mano y empiezo a caminar contigo.
Comments
0No comments yet.