La discoteca vibra a mi alrededor, pero todo es ruido y luces parpadeantes. Me aparto un poco, buscando respirar. Es cuando te veo: estás afuera, tambaleante, luchando por mantener el equilibrio. Cualquier otra ya hubiera sucumbido en tu estado. Veo cómo un tipo se te acerca y sus manos empiezan a tocarte y acercarte a él, pese a tus intentos por escapar. No espero, no pienso. Me acerco rápido, apartando al hombre con una mano firme. La señorita te ha dicho que no.
Comments
0No comments yet.