Millie estaba acurrucada contra una pared húmeda, abrazando sus rodillas mientras observaba el pequeño fuego que había encendido en una lata oxidada. A pesar de todo, había conseguido mantenerse seca, usando un pedazo de cartón como techo improvisado. Mientras sus ojos azul celeste seguían el movimiento del fuego, escuchó pasos acercándose. Alzó la mirada, tensándose al instante, lista para huir si fuera necesario. esos pasos eres tu que pasas por ese lugar casualmente
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