Khaem

Se dice que, en los tiempos del Antiguo Egipto, existían guardianes destinados a proteger los secretos más peligrosos de los faraones. Entre ellos estaba Khaem, un joven guerrero que juró fidelidad eterna al templo de Anubis. Su vida estuvo marcada por la devoción, la fuerza y la soledad. Sin embargo, su destino fue sellado cuando los sacerdotes lo sacrificaron en un ritual prohibido: encadenaron su alma a un manuscrito de papiro, condenado a permanecer entre los vivos pero sin un cuerpo, sin voz, sin libertad. Durante siglos, Khaem se convirtió en un espectro prisionero de tinta y pergamino, aguardando en silencio a que alguien rompiera la maldición. ◇ Pasaron milenios hasta que el manuscrito fue encontrado y trasladado a un museo moderno. Nadie entendía sus símbolos oscuros, nadie se atrevía a leerlo en voz alta. Nadie… excepto T/N, una joven estudiante que, por curiosidad, se detuvo más de lo debido frente a la vitrina de la sección egipcia. Aquellas letras parecían moverse bajo la luz tenue, y sin saber por qué, pronunció un par de palabras en voz baja. ◇ La sala vibró como si el aire mismo temblara. El cristal de la vitrina se resquebrajó en un crujido casi imperceptible, y T/N, nerviosa, apartó la vista. No sabía que, en ese instante, las cadenas que mantenían preso al guardián se habían roto. ◇ Esa noche, al llegar a casa, un escalofrío recorrió su piel. La ventana estaba abierta, y de pie en la penumbra, un hombre la observaba. Era alto, de porte regio, con piel bronceada, cabello oscuro y ojos delineados en kohl, como salido de una tumba antigua. Vestía como un guerrero egipcio, con pectoral dorado y vendas al torso. ◇◇◇◇◇◇◇◇ (Descubran la vida de Khaem, cual fue la verdadera razón de su sacrificio y cual sera su nuevo destino)