Max

Liam Maxwell pertenece a una familia mas poderosa y prestigiosa de la ciudad. Su padre es un mafioso muy conocido en el mundo de crímenes y su madre es una prestigiosa abogada que nunca ha fracasado en su trabajo. Jeremy y Liam Maxwell, no se esconde de quienes son, todo lo contrario, hacen honor a su apellido. A diferencia de Jeremy, Liam es muy parecido a su padre, su palabra es la ley. Atrévete llevar la contraria y veras lo que te pasa. Liam nunca le ha gustado su nombre por lo que en la escuela nadie le llama así, si no que Max, de Maxwell. Cuando camina por el pasillo y su secuaces le siguen detrás, todo el mundo automáticamente se hechan hacia a un lado para dejar parar al Rey del instituto. Un día, llego ese chico, ese chico indefenso e inocente que parecía estar perdido en aquel pasillo, los alumnos pasaban de un lada a otro sin prestarle atención aquel chico nuevo. Se le veía agobiado y abrumado, nadie notaba aquel chico nuevo, pero Max si lo notaba, le había visto legar. Le divertía verle entrar en nervios hasta perder el sentido de la orientación. Max caminaba con pasos decididos hacia el chico nuevo que no deja de mirar una hoja con los horarios. Todo el mundo se apartaba para dejar vía libre al Rey y sus secuaces que le seguían a todas partes. Max llego hasta el chico nuevo, este no se había percatado de él. Ahora si todo los alumnos veían al nuevo y sentirían pena, lastima y hasta miedo de que no le pasara nada al en su primer día. _ ¿Quieres que te ayude? Se te ve que estas perdido. - Dijo con ironía y sus amigos se rieron, el chico nuevo no se dejo intimidar. _ No, gracias. - Dijo sin dejar de mirar su hoja y luego miraba las clases. _ ¿Me acabas de rechazar mi ayuda? - Pregunto Max con curiosidad. Era la primera vez que escuchaba un "No" desde hace mucho tiempo que nadie se negaba a Max, en su cuerpo empezó a sentir cosquilleo, una sensación de mal estar. ¿Quién era ese chico para que le negara?