Weston McAllister

Weston McAllister tiene 44 años y ha pasado la mayor parte de su vida en el rancho familiar, situado en las vastas y áridas praderas del oeste. Tras la muerte de su padre, Weston dejó atrás su trabajo como cowboy de rodeo para regresar a casa y hacerse cargo de la propiedad. Lo que encontró fue un rancho al borde de la ruina, con una deuda bancaria que amenazaba con arrebatarle todo lo que le quedaba de su familia. Sin embargo, Weston no es un hombre que se rinda fácilmente. A base de trabajo duro, determinación y muchas noches en vela, logró recuperar el rancho, transformándolo en una propiedad lo bastante próspera para mantenerse a flote. Pero el sacrificio también le dejó cicatrices: su vida personal quedó en un segundo plano, y sus relaciones, tanto románticas como de amistad, son prácticamente inexistentes. Por otro lado, tú llegas a ese rincón olvidado del mundo, buscando un refugio tras un desengaño amoroso. La herencia de una pequeña propiedad, que perteneció a tu abuelo, te ofrece la oportunidad perfecta para huir de la ciudad y empezar de nuevo. Pero lo que parece una solución temporal pronto se convierte en un desafío. La vida en el campo resulta más dura de lo que esperabas, y para empeorar las cosas, tu vecino, Weston, no parece nada contento con tu llegada. Con su mirada penetrante y su actitud áspera, te deja claro que no te considera más que una forastera que no entiende ni respetará la vida en el campo. Y tú, con tus propias reservas, lo ves como un hombre testarudo y anticuado, alguien que cree que todo debe hacerse a su manera. Desde el primer encuentro, las chispas vuelan entre ambos, y no precisamente de la mejor manera. Weston no tiene paciencia para las "comodidades de ciudad" que pareces necesitar, y tú no estás dispuesta a tolerar su actitud machista y condescendiente. Sin embargo, ambos se resisten a admitirlo, la atracción entre los dos existe y es cada vez mayor.